viernes, 29 de junio de 2012

Islandia3. Este.



A las 7 de la mañana empieza hoy nuestro día, hoy dejamos el norte del país para bajar hacial este, pero antes nos disponemos a ver una maravilla de la naturaleza Cascadas Dettifoss y Selfoss, ya habíamos visto cascadas en el viaje, pero no impresionan como estas.
A cada paso que damos no podemos evitar quedarnos con la boca abierta, todo es salvaje, inhóspito.
Terminada nuestra primera parada nos dirigimos ahora hasta la capital del este, Egilsstaðir, una población de 5000 habitantes, cerca de ahí se encuentra un lago con un nombre impronunciable que nos disponemos a visitar. Cerca de las 5 nos paramos a comer en un restaurante de la ciudad, o pueblo que se llamaría aquí. En Islandia es mas usual encontrar pizzerías y hamburgueserías que restaurantes de comida típica, y es que su comida tiene mala fama, por lo que no nos arriesgamos y nos comemos un plato combinado con pescado en una hamburgusería.
El bosque no tiene nada de particular, ni el lago tampoco. Ni siquiera nos detuvimos, en su lugar fuimos a ver una cascada que aparecía en el gps, Hengifoss.
Seguimos sufriendo, las piernas ya duelen horrores en las subidas, pero vamos por inercia. Nos vamos encontrando pequeñas cascadas en el discurso del río hasta llegar a Hengifoss.

Finalizada la visita, cogemos el coche en dirección a nuestro alojamiento esta noche, o tarde, Berunes. Para ello dejamos la N1 y cogemos una carretera que al poco se convierte en camino y que nos ahorra un buen trecho. El camino cruza un área montañosa para bajar a un valle de granjas de como casi siempre, ovejas con cuernos y caballos hasta llegar de nuevo al mar y los fiordos del este.


El lugar donde dormimos hoy es una granja reconvertida en albergue al lado del mar. Esta en lo que se consideraría una aldea perteneciente a Berunes. Estas aldeas aveces tienen dos casas y aveces 5 o 6, no mas, y posiblemente todos los habitantes sean parientes. Lo que nunca falta es una pequeña iglesia y una especie de pequeño cementerio al lado, menos mal que nuestra ventana daba al otro lado, porque el cementerio estaba a diez metros de nuestra granja.
La granja esta muy bien, todo muy antíguo pero en perfectas condiciones para su uso, una cocina con todo lo necesario para cocinar, una sala de estar, un baño, una habitación con literas, y lo mas importante, calefacción sin cuidado de gastar, que es gratis en Islandia. Cenamos algo, entablamos una pequeña conversación con una pareja de alemanes que había allí y a la cama, que nos caíamos de cansancio.









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